Descubre nuestra aventura

¿Cómo se inició el proyecto?

Dalt Turó nace de la ilusión de una familia que está ligada a la tierra donde nos emplazamos desde tiempos inmemoriales y que quiere seguir transmitiendo valores de sacrificio y esfuerzo a las nuevas generaciones.

Somos viticultores, agricultores y ganaderos, y nos sentimos como un elemento más de un proyecto integral en el que producimos vinos y otros productos de finca; una pieza más del engranaje con el que buscamos obtener vinos de calidad a partir de una vitivinicultura responsable y respetuosa con el entorno, con el objetivo de generar, además, una economía circular.

La existencia de un viñedo en el interior de una antigua cantera, propició el estudio edafológico a partir del perfil del subsuelo fácilmente visible en sus paredes. En dicho estudio se destacó que nuestro subsuelo fue formado por sistemas dunares del Pleistoceno y Plioceno, durante los cuales la entrada y salida del mar en la cuenca de Campos provocó la emergencia de extensas áreas de fondos marinos arenosos que fueron acumulados por la acción del viento en la época comprendida entre 3,6 y 0,7 millones de años.

A la consolidación de granos de arena se le llama marés, compuesto químicamente por un 90% carbonato cálcico (CaCO3), y del resto de componentes destaca el hierro, debido a que el horizonte superficial está formado por tierras de «call vermell» (nombre con el que se conocen los suelos rojizos franco-arcillosos con abundante óxido férrico).

NUESTRO

CONCEPTO

Al potencial edafológico del suelo unimos los conocimientos agronómicos y técnicos de los que disponíamos, para desarrollar plantaciones de las variedades que mejor se adaptasen a nuestros terrenos. De dichas variedades, la mayoritaria es el Callet, que junto con algunas autóctonas (Mantonegro, Escursac y Malvasia de Banyalbufar) y otras foráneas (como Cabernet Sauvignon, Merlot y Syrah), conforman nuestros actuales viñedos.

VITICULTURA

Viticultura

Qué hacemos

Trabajamos en un sistema de producción integrada, en el que se utilizan los recursos y los mecanismos de regulación natural para asegurar una agricultura viva y duradera, reduciendo los daños al medio ambiente, mejorando la fertilidad del suelo y buscando el equilibrio ambiental a partir de la protección de la biodiversidad.
El éxito de un vino depende, en gran medida, de la calidad de su cosecha.

Por este motivo nos esmeramos en el cuidado de la viña y tutelamos constantemente todas y cada una de las etapas del proceso de crecimiento del ciclo de la vid, priorizando tratamientos preventivos, el abonado orgánico y el deshierbe mecánico o a través de nuestro rebaño de ovejas desde la caída de las hojas hasta la inflorescencia. La vendimia se realiza siempre de forma manual por parcelas y variedades, seleccionando los mejores racimos en el campo y minimizando los impactos con cajas de 10 kg que son recogidas inmediatamente y transportadas en poco tiempo hacia la bodega.

LA BODEGA

La Bodega

Procesos naturales

La bodega está emplazada en el interior de una antigua cantera de marés restaurada, rodeada de viñedos y bosques que hacen del lugar un ejemplo de integración y sostenibilidad.
La edificación aprovecha al máximo el espacio y la temperatura. Consta de varias salas, en las que se distribuyen depósitos de acero inoxidable, cemento y roble francés; en los que indistintamente podemos fermentar y realizar la crianza de nuestros vinos.

Las instalaciones permiten la maceración en frío, fermentaciones a baja temperatura con remontados suaves en depósitos individuales por parcela o variedad y realizar una crianza respetuosa para conseguir vinos estructurados en los que sigan presentes los aromas primitivos. Por ello usamos mayoritariamente barricas de 500 L de roble francés donde menos de una cuarta parte son de nueva compra.

Buscamos vinos varietales, en los que se expresen los aromas de la fruta de nuestros viñedos sin enmascarar los sabores. No nos asusta producir vinos de bajo grado alcohólico y con capas suaves, nos asusta que no tengan carácter.

Los vinos que producimos se etiquetan con imágenes y nombres que hacen referencia a diferentes tipos de marés, en homenaje a aquellos trabajadores que con tanto esfuerzo esculpieron las canteras, creando un producto singular a partir de su dedicación artesanal, creatividad, tradición y relación con el entorno. Tal como la bodega Dalt Turó entiende que debe elaborar y criar sus vinos.